San Andrés, Providencia y Santa Catalina, un archipiélago en el caribe colombiano con un mar de siete colores, una rara mezcla de tierras fértiles, vegetación tropical, aguas dulces y playas blancas. Un sitio tan único y especial que fue declarado por la UNESCO como Reserva de la Biósfera Sea Flower.
En este lugar, conformado por islas, cayos e islotes, habitan aproximadamente 80 mil pobladores entre gente del interior de Colombia, extranjeros, los nativos y la comunidad étnica raizal descendiente de los esclavos africanos, los colonos ingleses y holandeses. Aquí se habla perfectamente el inglés y el español, más sin embargo, entre los raizales, hablan el inglés criollo o creole que está basado en el akán africano y cuya gramática está condicionada por el sonido.
Otro sonido es el de las música que rodea las islas como el Calypso, el reggae, la soca, el mentó, el góspel o el nuevo ritmo caribeño llamado modeup, todos ellos, son sinónimo de una verdadera identidad cultural. Una experiencia de no perderse es asistir a una de las iglesias en día domingo y compartir los maravillosos coros góspel.

San Andrés, Providencia y Santa Catalina tienen mucho para ofrecerle al viajero y al turista convencional. Además de todos los lugares naturales como la piscinita, el hoyo soplador, la cueva de Morgan, el majestuoso jardín botánico, la laguna Big Pond ideal para el avistamiento de aves o sus playas que pueden conocer alquilando un carrito de golf, una moto o un buggy, los visitantes pueden ir al parque temático/museo Pueblito Isleño que muestra la historia de la isla y grandes esculturas, montar a caballo, conocer las diferentes iglesias, ir al Paradise Farm donde lo llevarán a conocer la tipología de los árboles o simplemente, irse de compras. Aquí es puerto libre y encontrarán electrodomésticos, tecnología y perfumes al alcance de cualquier bolsillo. Es importante saber que la gran mayoría del comercio cierra sus puertas a la hora del almuerzo.

Para otros, la zona es ideal para bucear de día o de noche, la visibilidad es de aproximadamente 30 metros y la temperatura del agua de 26 C° en promedio, hacer snorkeling, pesca controlada, aprender windsurf, kitesurf o sunfish, remar en kayak, navegar hasta Cayo Bolívar (50 minutos) acompañado de delfines o irse a almorzar a Jhonny Cay, el acuario o Haynes Cay. Estos dos últimos, se pueden recorrer caminando por el mar ya que están separados por una corta distancia, eso sí, se debe hacer con zapatos para agua, ya que son cayos coralinos. Si quiere un goce completo, nade con las mantarayas o viaje en el semisumergible con fondo de cristal o a bordo del minisubmarino Nautilus. No olviden llevar las caretas o se perderán el verdadero paraíso submarino.

Si lo que les gusta es comer, aquí no podrán dejar de deleitarse con la gastronomía tradicional isleña. Los ingredientes como el coco, el fruto del pan y la albahaca se combinan a la perfección con la langosta, el cangrejo o el pescado. No dejen de probar las recetas típicas como el Rondón que por lo general se prepara al aire libre sobre leña o irse a los puestos informales de la playa donde le ofrecerán no sólo platos fuertes sino el pan tradicional o los patties (empanadas de cangrejo), el bami (arepas de harina de yuca), el dumpling (amasijos de harina de trigo, maíz o yuca), cocteles de camarón, el refrescante cocofresa o el tradicional coco loco. Comprando aquí, se apoya a la economía de los raizales.
Un lugar imperdible en esta visita a la isla, es ir a escuchar música o bailar en la playa de San Luis. Claro que hay bares, discotecas y restaurantes internacionales para todos los gustos.
¿Donde dormir?
La infraestructura hotelera es muy cómoda y con variadas posibilidades Hay hoteles de todos los tamaños y precios. Desde los todo incluido, hoteles medianos, apartamentos y cabañas hasta las maravillosas posadas nativas. Estas son una alternativa de alojamiento ideal para viajeros informales e ideales para el bolsillo. En ellas, es posible experimentar sus costumbres, cultura, música, dialecto y gastronomía. En sólo San Andrés encontrarán más de 80 posadas localizadas en diferentes sectores de la Isla.
Old Providence y Santa Catalina

“Si el visitante desea tranquilidad absoluta y disfrutar en pleno del turismo ecológico, sólo tendrá que desplazarse 20 minutos en avión o 4 horas en un cómodo y seguro bote para llegar a este lugar del archipiélago, con montañas de origen volcánico, playas vírgenes y habitantes hospitalarios. Sus aguas cristalinas que ofrecen al buceador una gigante barrera de arrecifes, la tercera más grande del mundo, un verdadero espectáculo submarino.
Estas pequeñas islas están unidas por un puente al que no en vano, se le ha dado el nombre del puente de los enamorados y permite darle la vuelta a las islas caminando. También puede realizar paseos en moto, a caballo o en transporte típico y visitar los 11 caserios que componen el lugar y vivir la cultura nativa y como bien dicen ellos, aquí es un “refugio de los espíritus de la paz”.
Recomendaciones
No olviden comprar la tarjeta de turista cuyo valor es de 146 mil pesos (Unos 36 dolares estadounidenses o unos 32 euros aproximadamente) y que deberán guardar muy bien ya que si la pierden, deberán pagar de nuevo su valor a la salida de la isla.
Eviten tocar, tomar o llevarse coral, plantas o animales. Consuman racionalmente el agua y hagan un adecuado manejo de las basuras. Ir a San Andrés es un privilegio, se está en una de las pocas reservas de biósfera que aún exísten por lo tanto, todos y cada uno de los viajeros y turistas debemos tener mayor responsabilidad al visitarla.
Lo mejor de viajar es compartir experiencias. Si les gustó la información, fue de utilidad o tienen preguntas, no olviden hacer sus comentarios.